Mi enfoque

“La salud mental es la capacidad de amar y trabajar” (Sigmund Freud)

Susana Isoletta.  Magia y psicoterapia.
Susana Isoletta.
Magia y psicoterapia.

Algunas personas que consultan suelen solicitar un diagnóstico, desean que les coloque un nombre a su sufrimiento, nombre con el que luego se identificarán. Pero el terapeuta trata con personas, no con patologías ni trastornos. La etiqueta poco o nada sirve para la resolución del problema. La identificación con la patología hace que el paciente deje de ser quien es para convertirse en “fóbico”, “obsesivo” o “anoréxico”; rótulo que puede servir para justificar cierto tipo de conductas frente a sí mismo y a los demás.

Las distintas corrientes existentes dentro del movimiento psicoanalítico se han diversificado de manera extremadamente compleja a punto tal que existen escuelas que se diferencian claramente por la forma de abordar los casos clínicos. Esto ha llevado en numerosas ocasiones a que los pacientes sientan o crean que deben adaptarse a la técnica de cura aunque no comprendan las razones de la misma. La identificación con la patología hace que el paciente deje de ser quien es para convertirse en «fóbico», «obsesivo» o «anoréxico»; rótulo que puede servir para justificar cierto tipo de conductas frente a sí mismo y a los demás.

Es decir, una terapia puede denominarse psicoanalítica si cumple determinados requisitos: uso del diván, frecuencia de las sesiones, duración del tratamiento.

Desde mi punto de vista la teoría freudiana y las contribuciones de sus continuadores constituyen un excelente instrumento para la comprensión del psiquismo, pero la técnica de abordaje debe ser asequible para todos los pacientes, cualquiera sea su conocimiento previo del psicoanálisis, su condición social o su nivel cultural.

La técnica de abordaje debe ser asequible para todos los pacientes, cualquiera sea su conocimiento previo del psicoanálisis, su condición social o su nivel cultural. La cura analítica es un trabajo de elaboración de la propia historia vital que realiza conjuntamente con el terapeuta. En ella no hay lugar para la magia ni la sugestión, y en ocasiones, una excesiva intelectualización del tratamiento es una sugestión en sí misma.

Una terapia adecuada debe proporcionar los instrumentos para solventar el malestar que producen los síntomas y, al mismo tiempo, los recursos necesarios para afrontar síntomas futuros. En los diferentes contextos en los que el terapeuta opera (familia, pareja, terapia individual), el objetivo del trabajo consiste en disminuir la carga de angustia inicial para luego ahondar en la biografía y las razones que han dado lugar a ese malestar.

divan freud
Despacho de Freud. Freud Museum, 20 Maresfield Gardens London. El museo se ha erigido en la casa de Freud en Londres (donde estuvo exiliado durante la 2º guerra mundial).

Afortunadamente, la complejidad del psiquismo hace que el diagnóstico sea siempre una aproximación que no justifica encasillamientos, es un instrumento que debe conocer el terapeuta para guiar la evolución de la terapia y no para comunicarlo al paciente. Los distintos momentos de la cura darán lugar a cambios emocionales que ningún rótulo dado de antemano pueden soslayar.